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Número 10 - Junio 2002

Las relaciones entre abuelos y nietos:
un estudio exploratorio sobre el rol del abuelo

Carme Triadó

Feliciano Villar

Es sobradamente conocido que la configuración de la familia en los países desarrollados ha venido cambiando de forma notable en las últimas décadas. Parte de este cambio se recoge en lo que autores como Knipscheer (1988) han etiquetado como ‘verticalización de la familia’. Este fenómeno se refiere por una parte al menor número de miembros por generación de las familias, resultado del descenso en la tasa de natalidad, y por otra a la mayor probabilidad de coincidencia de múltiples generaciones dentro de una misma familia como consecuencia del aumento en la esperanza de vida.

En este nuevo contexto, las relaciones intergeneracionales en general y los vínculos que los abuelos establecen con sus nietos son temas que adquieren un indudable interés, ya que el número de personas que llegan a ser abuelos aumenta, así como también lo hace el número de años que el abuelo o la abuela puede compartir con sus nietos.

A estos cambios se corresponde un incremento notable en la investigación sobre las relaciones abuelos/as-nietos/as, que reconocen la gran importancia que esta relación puede tener tanto para el desarrollo de los nietos/as como para el desarrollo personal y social de los abuelos/as. Sin embargo, como algunos autores reconocen, los resultados obtenidos hasta el momento ni son todo lo coincidentes que se desearía ni han logrado definir todavía con claridad qué supone el rol de abuelo (Nissbaum y Bettini, 1994).

Los primeros estudios sobre el tema datan de los años 60. Por ejemplo, Neugarten y Weinstein (1964) identificaron cinco estilos diferentes de ser abuelo/a: abuelos formales (comportamiento rígido y tradicional, autoritarios), búsqueda de diversión (estilo relajado y no autoritario de relación con los nietos), abuelos subrogados (asunción de responsabilidades y cuidados de los nietos/as todos los días), reserva de sabiduría (información sobe raíces familiares, guardián de la historia familiar) y abuelos distantes(raras veces veían a sus nietos).

Un segundo núcleo de investigación se centra en los diversos factores que afectan al estilo en el que se ejerce de abuelo. Por ejemplo, la edad puede constituir un factor que influya en el estilo de ejercer de abuelo/a. De esta manera, diversos estudios parecen indicar que los abuelos/as más jóvenes tienen más probabilidades de ser activos y comprometidos y que los abuelos mayores tienden a ser más distantes.

También se ha constatado diferencias en el estilo de ejercer de abuelo/a en función del género. En general, se sugiere que el hecho de ser abuelo es más relevante para las mujeres que para los hombres. Las abuelas tienden a ser más activas y estar más involucradas con sus nietos desde el punto de vista emocional que los abuelos

Una tercera línea versa sobre las actividades que los abuelos comparten con sus nietos/as. Kennedy (1992) divide en cinco grandes grupos las actividades que abuelos/as nietos/as realizan conjuntamente: sociabilidad (hablar, ver la T.V., reuniones familiares, etc.), compañerismo (contar historias, hacer deporte, jugar, ir a pescar), ayuda doméstica (cocinar, trabajo de la casa, comprar,etc.), ocio de los abuelos (comer fuera, ir a pasear,etc.), ayuda exterior (negocios, actividades con implicaciones laborales, etc. ) y no clasificados (escribir cartas).

Si bien los estudios sobre las relaciones entre abuelos y nietos, tanto en lo que se refiere a la percepción, vínculos y actividades como a los roles de abuelo/a, son numerosos en el ámbito anglosajón, no lo son tanto en otros contextos, especialmente si consideramos el número de estudios que enfocan estas relaciones desde la perspectiva de los abuelos. Este hecho nos conduce a plantear el presente trabajo, que se engloba dentro de un estudio más amplio que pretende examinar la percepción, relaciones y vínculos entre abuelos/as y nietos/as desde ambos puntos de vista (el del abuelo y el del nieto). Si bien desde la perspectiva de los nietos ya se han obtenido algunos resultados (Triadó, Martinez y Villar, 2000), en el presente artículo presentamos los primeros resultados desde el punto de vista de los abuelos.

Nuestro objetivo es examinar esta relación en cuanto a cuatro aspectos fundamentales:

- ¿ Cuál es el significado y las implicaciones comportamentales del rol de abuelo?

- ¿Qué actividades realizan en común abuelos y nietos?

¿Qué aspectos positivos y negativos perciben los abuelos en sus nietos?

- ¿Existen cambios apreciables en estas cuestiones en función del sexo o la edad del abuelo?

Método

Sujetos

En nuestro estudio se contó con la colaboración voluntaria de 100 personas mayores de 60 años que en el momento del estudio vivían en Barcelona o su área metropolitana. Todas las personas tenían uno o más nietos. El muestreo fue de tipo intencional, teniendo en cuenta que la nuestra definitiva debería contener un número similar de abuelos y abuelas.

De los 50 abuelos de cada sexo a los que se les pasó el cuestionario, algunos (en concreto cuatro, todos ellos hombres) lo completaron tan sólo parcialmente o de manera errónea, con lo que fueron extraídos del análisis. La media de edad de las personas que contestaron correctamente nuestro cuestionario se situó en 74,5 años (d.e. 6,8). El número de nietos por persona se situó, como media, en 4,6 nietos.

Los datos respecto al estado civil, el modo de convivencia y el nivel de estudios de las personas de nuestra muestra en función del género los encontramos en la tabla 1. Las diferencias existentes entre hombres y mujeres en estas variables siguen las tendencias apuntadas en estudios que han contado con muestras representativas de la población española de mayores (por ejemplo, Abellán, 1996)

Instrumentos y procedimiento

Para evaluar los diferentes aspectos del rol de abuelo se construyó un cuestionario. Los criterios de elaboración del cuestionario incluían la necesidad de que fuese relativamente breve, sencillo e intuitivo, para que cualquier persona lo pudiese contestar por sí misma sin necesidad de ayudas ni indicaciones externas. El cuestionario estuvo formado por 36 ítems. A cada ítem se le adjuntó una escala tipo Likert con seis posibilidades de respuesta, de 1 (nunca) a 6 (siempre).

Los ítems que formaron parte del cuestionario estaban a priori divididos en ocho dimensiones que representaban diferentes vertientes que podrían formar parte del rol de abuelo. Estas dimensiones fueron las siguientes (se presentan con su número de ítems en la escala y un ítem de ejemplo):

1. Cercanía emocional (ocho ítems): grado en que el abuelo/a percibe que existen un lazo afectivo entre él y sus nietos, lazo que implica sentimientos de disfrute conjunto, comprensión, respeto y/o búsqueda de la compañía del otro (por ejemplo, ‘Mis nietos disfrutan cuando están conmigo’).

2. Consejo y participación en normas (seis ítems): grado en el que el abuelo aconseja guías de comportamiento al nieto o intenta participar aspectos de carácter disciplinario (por ejemplo, ‘Riño a mis nietos cuando hacen o dicen cosas que me creo que están mal’).

3. Mediador (cuatro ítems): grado en el que la persona intenta mediar en los conflictos o problemas que surgen entre sus hijos y sus nietos (por ejemplo, ‘Intento que mis hijos comprendan la postura de mis nietos cuando les riñen’).

4. Cuidador sustituto (tres ítems): implicación del abuelo en el cuidado de sus nietos en caso de necesidad (por ejemplo, ‘Cuando sus padres faltan, soy yo quien se encarga de hacerles la comida’).

5. Vínculo con el pasado (tres ítems): grado en el que el abuelo representa una figura que mantiene y traspasa a sus nietos la historia familiar (por ejemplo, ‘Cuento a mis nietos cómo eran sus padres cuando eran jóvenes’).

6. Ayuda económica (cinco ítems): grado en el que el abuelo proporciona dinero, compra cosas o ayuda con bienes materiales a sus nietos (por ejemplo, ‘Doy la propina a mis nietos’).

7. Actividades de ocio (tres ítems): grado en el que abuelo y nieto comparten actividades en su tiempo libre (por ejemplo, ‘Converso con mis nietos sobre aficiones que tenemos en común’ ).

8. Demanda de ayuda (cuatro ítems): grado en el que el abuelo demanda ayuda, ya sea material, intelectual o afectiva, a sus nietos (por ejemplo, ‘Cuando voy a tomar una decisión importante, consulto con mis nietos’).

Algunos ítems del cuestionario se presentaron en forma negativa, es decir, contestar ‘siempre’ indicaba un nivel bajo de la dimensión en la que se encuadraba el ítem y contestar ‘nunca’ indicaba un nivel alto (por ejemplo, el ítem ‘Mis nietos se preocupan por mi mucho menos de lo que me preocupo yo por ellos’, incluido en la dimensión ‘cercanía emocional’). La inclusión de este tipo de ítems contribuye a evitar los patrones automáticos de respuesta que pueden darse en cuestionarios largos después de contestar algunos ítems.

Los 36 ítems se ordenaron aleatoriamente en el cuestionario definitivo, con un formato tipográfico grande (arial 13) e incluyendo al principio las instrucciones que indicaban al sujeto la manera de contestar.

Antes de la pasación del cuestionario, los sujetos también contestaron por escrito unas preguntas adicionales de tipo demográfico (sexo, edad, tipo de estructura familiar en la que se vivía, número de hijos y de nietos) y sobre el contacto y preferencia sobre ciertos nietos. En estos dos últimos casos, el formato de respuesta tenía cinco alternativas: un hijo de mi hijo, una hija de mi hijo, un hijo de mi hija, una hija de mi hijo y todos por igual.

Adicionalmente, se presentaron también dos frases incompletas que la persona tenía que completar. Estas frases estaban referidas a la percepción de aspectos positivos y negativos en los nietos y fueron las siguientes:

Lo que más me gusta de mis nietos es.....

Lo que menos me gusta de mis nietos es....

Todos los sujetos contestaron de manera individual tras la lectura de las instrucciones sobre la forma de hacerlo. El tiempo que se tardaba en contestar todas las preguntas (incluidas las 36 del cuestionario) se situó, generalmente, sobre los 30 minutos.

Resultados

El rol de abuelo

Como podemos observar en la figura 1, aquellos aspectos que nuestros sujetos tienden a resaltar más en la relación que mantienen con sus nietos son el vínculo con el pasado y la cercanía emocional. En un segundo término se sitúan aquellos que caracterizarían la relación en términos asimétricos, desde una parte que da (ya sea dinero, consejos e intentos de influir en el comportamiento del nieto o cuidados propios de los padres cuando estos faltan), que es el abuelo, y otra parte que recibe, los nietos.

En último término, según los participantes en nuestro estudio, los factores que menos caracterizarían su relación con los nietos serían su función como mediador entre las generaciones y, sobre todo, la corriente contraria a la especificada anteriormente: la obtención de ayuda material o en forma de cuidados de sus nietos. La dimensión que caracterizaría en menor medida la relación entre abuelos y nietos son las actividades de ocio compartidas.

INSERTAR FIGURA 1 (SE ENCUENTRA EN EL ARCHIVO EXCEL)

Diferencias entre abuelos y abuelas

El panorama global que parecen mostrar nuestros datos respecto a esta cuestión es que no existen grandes diferencias entre las respuestas al cuestionario en función del género. Abuelos y abuelas en general contestan de forma parecida, y el orden de frecuencia de las diferentes dimensiones es prácticamente el mismo para ambos (ver figura 1).

No obstante, en la mayoría de dimensiones las abuelas parecen implicarse ligeramente más a menudo que los abuelos, destacando las diferencias existentes en ‘ayuda económica’, ‘cuidador sustituto’ y ‘demanda de ayuda’. Sin embargo, al realizar una comparación de medias, sólo una de estas diferencias alcanzó una significación estadística: la existente en ‘demanda de ayuda’ (t=2,31; p<0,05).

La única dimensión que los abuelos parecen realizar algo más frecuentemente que las abuelas es la que implica participar en actividades de ocio con los nietos (acudir a espectáculos, conversar sobre aficiones, etc.) Aun así, esta dimensión fue, como hemos comentado anteriormente, la menos frecuente tanto en abuelos como en abuelas.

En cuanto a la percepción de los nietos, según muestran las tablas 2 y 3, las abuelas valoran los aspectos afectivos de la relación por encima de los abuelos (son categorías más nombradas por ellas tanto al mencionar lo que más como lo que menos gusta de sus nietos). Estos, por su parte, parecen valorar más que las abuelas aspectos de responsabilidad con trabajo o estudios.

Contacto y preferencias de abuelos y abuelas

A la hora de mencionar el nieto con el que mantenían un contacto más frecuente, seleccionamos de la muestra aquellos abuelos que al menos tenían un nieto por vía paterna (hijo/a de un hijo varón) y un nieto por vía materna (hijo/a de una hija). En estos casos (47 en total), los nietos por vía materna fueron escogidos el doble de veces que los nietos por vía paterna. En el caso de las mujeres, la proporción alcanzó un 5 a 1 (ver tabla 1).

TABLA 1

 

Global

Hombres

Mujeres

Contacto      
Nietos vía paterna

19,1

33,4

10,3

Nietos vía materna

50,1

50,0

51,7

Todos por igual

29,8

16,7

37,9

       
Preferencia      
Nietos vía paterna

12,8

22,3

6,8

Nietos vía materna

25,5

22,3

27,6

Todos por igual

61,7

55,6

65,5

Pie tabla 1: Contacto y preferencia (en porcentajes) de nuestra muestra por nietos de vía paterna y materna.

Cuando se pidió que cuantificaran el contacto cara a cara que mantenían con sus nietos (en una escala de 5 puntos), los abuelos y abuelas de nuestra muestra seguían manteniendo un contacto más frecuente con los nietos de la vía materna que con los de la vía paterna, siendo esta diferencia estadísticamente significativa (t=3,01; p<0,05). Esta tendencia era la misma tanto en el caso de las abuelas como en el de los abuelos, y las diferencias en el contacto percibido por abuelos y por abuelas no alcanzaron la significación estadística ni en el caso del contacto con los nietos de vía materna ni el caso de los de vía paterna.

La tendencia fue similar, aunque menos pronunciada, cuando los sujetos escogieron a su nieto preferido. Como vemos en la tabla 1, la mayoría de los 47 casos considerados se inclinó por la respuesta ‘no tengo nieto preferido’. Sin embargo, los que citaron algunos mencionaron en más ocasiones a un nieto de la vía materna que a uno de la vía paterna. Teniendo en cuenta el sexo del abuelo, vemos que en el caso de los hombres esta tendencia no aparece, mientras que en el caso de las mujeres sí (ver tabla 1).

Rol de abuelo y edad

Para examinar la posible relación entre las diferentes dimensiones del rol de abuelo consideradas y la edad de los sujetos, se correlacionaron cada una de las puntuaciones globales en las dimensiones (una vez invertidas las puntuaciones en los ítems negativos) con la edad. Esta correlación fue estadísticamente significativa en tres casos. En dos de ellos (cercanía emocional, r=0,22, p<0,05 y cuidador sustituto, r=0,35, p<0,01) la correlación fue positiva (es decir, a más edad del sujeto, más frecuentemente se inclinaban a contestar cerca del polo ‘nunca’), mientras que la dimensión ‘demanda de ayuda’ (r=-0,23; p<0,05) la correlación fue negativa (a más edad, más tendencia a contestar cerca del polo ‘siempre’).

Discusión

La principal conclusión que podemos extraer de nuestra investigación es que los abuelos examinados por lo general se sienten muy vinculados a sus nietos. A la luz de nuestros datos, en la relación que mantienen abuelos y nietos, se enfatizan, al menos por parte del abuelo/a, los aspectos de tipo expresivo (la cercanía emocional, por ejemplo) por encima de aquellos de tipo instrumental, menos ligados al terreno de los sentimientos y más al del intercambio de servicios y ayuda. Esta relación tan ligada a lo emocional parece, sin embargo no concretarse ni en la realización de actividades de ocio conjuntas, área en el que los intereses y gustos de abuelos y nietos son pese a todo muy diferentes, ni en un contacto especialmente frecuente.

De nuestros datos también parece derivarse que la relación entre abuelos y nietos no es una relación simétrica: desde el punto de vista del abuelo, la corriente de intercambio va de él/ella hacia el nieto/a y pocas veces al revés. En este sentido, el papel del abuelo tendría puntos de coincidencia con el que juegan los padres, en los que la cercanía emocional con sus hijos es, obviamente, muy importante, y la relación típica también es de tipo asimétrico (los padres dan, los hijos reciben). Sin embargo, la relación abuelos-nietos, a la luz de nuestro datos, presentaría diferencias claras con la relación padres-hijos en dos aspectos clave:

En primer lugar, en los abuelos tanto ofrecer cuidados como el aspecto disciplinario (la impartición de normas y consignas de comportamiento) serían dimensiones con una importancia relativamente menor a la que estas dimensiones pueden tener en el caso de los padres.

Una segunda diferencia es el énfasis en los abuelos de la vinculación de los nietos con una determinada historia y tradición familiar. El abuelo, quizá a diferencia de los padres, representaría la memoria de la familia y el vínculo entre su pasado (sus propias vivencias de juventud) y su futuro (los nietos) Esta función puede repercutir tanto en la integración de la familia como en el propio bienestar personal del abuelo, contribuyendo dar significado a la propia trayectoria vital en una etapa, la vejez, en la que es precisamente esta una de las tareas que la persona ha de afrontar (en las línea apuntada por conceptos como la integridad de Erikson, 1982, o la revisión de vida de Butler, 1963).

En la relación entre abuelos y nietos también se aprecian, según nuestros datos, algunas diferencias entre abuelos y abuelas. Las abuelas parecen enfatizar más los aspectos emocionales de la relación con sus nietos y, al mismo tiempo, resaltan más que los abuelos la dimensión de demanda y recepción de consejo y ayuda por parte de sus nietos, lo que podría indicar que el tipo de relación que se establece con los nietos es menos asimétrica en el caso de las abuelas que en el de los abuelos.

Por otra parte, y en relación también con el género, los datos que hemos obtenido respecto a la frecuencia de contacto y preferencia por unos u otros nietos indican una ligera tendencia a ver y preferir más frecuentemente a los nietos por parte de hija que a los nietos por parte de hijo, tendencia especialmente acentuada en el caso de las abuelas.

Pero quizá los datos que más han llamado nuestra atención son aquellos referidos a la relación entre la edad del abuelo y la relevancia atribuida a cada una de las dimensiones, datos que nos hablan de un posible cambio evolutivo en los vínculos que mantienen nietos y abuelos.

Esta tendencia de cambio indicaría que los abuelos más jóvenes no sólo tenderían a mantener un mayor cercanía emocional con sus nietos, sino también que el balance de intercambios y ayuda entre abuelos y nietos tendería a cambiar con la edad. A medida que los abuelos son más mayores, mencionan mucho menos frecuentemente la prestación de ayuda (ya sea de tipo económico, ya sea en forma de cuidados propios de los padres) y más frecuentemente el hecho de demandar y recibir ayuda por parte de sus nietos. Estas tendencias parecen apuntar hacia un progresivo alejamiento entre nietos y abuelos, al vez que hacia una cierta inversión de roles.

Sin embargo, a la hora de interpretar estos datos hemos también de tener en cuenta que en una investigación de tipo transversal como la nuestra cualquier apunte de tendencia evolutiva haya de ser tomado con precaución. Al mismo tiempo, en este posible cambio, además de tener en cuenta la edad de los abuelos se tendría también que conocer la edad de los nietos. Pese a ello, pensamos que son resultados lo bastante interesantes como para merecer posteriores investigaciones más detalladas y en las que la relación se examine tanto desde el punto de vista de los abuelos como de los nietos.

No hemos de olvidar que el estudio que presentamos es de tipo exploratorio y que, como tal, tiene ciertas limitaciones, algunas inherentes a la naturaleza de este tipo de estudios y a la dificultad que el tema tiene para ser estudiado, otras reveladas tras su elaboración. Por ejemplo, las generalizaciones respecto a las relaciones abuelos-nietos han de ser tomadas con precaución, ya que más allá de ellas existe el hecho cierto de que existen diferencias en las relaciones que el abuelo o abuela establece con cada uno de sus nietos. Elaborar un procedimiento de investigación por el que el abuelo/a pueda discriminar de manera sencilla entre las relaciones que mantiene con cada uno de sus nietos, y a la vez que pueda determinar las múltiples variables que pueden estar influyendo en estas diferencias (sexo del nieto, edad del nieto, edad del abuelo, si es nieto/a por vía paterna o materna, influencia en la relación abuelo-nieto de las relaciones entre la primera y segunda generación y la segunda y la tercera, etc.) es uno de los retos de este ámbito de estudio. Cuestiones como estas y la confirmación o no de los primeros resultados que presentamos en este artículo son las líneas que guían actualmente nuestros esfuerzos de investigación en este tema.

Referencias bibliográficas

Knipscheer, CPM. (1988). Temporal embededness and aging within the multigenerational family: the case of grandparenting. En: JE Birren y VL Bengtson, (Eds.), Emergent theories of aging. New York: Springer.

Nussbaum JF, Bettini LM. (1994). Shared stories of the grandparent-grandchild relationship. International Journal of Aging and Human Development, 39, 67-80.

Neugarten BL, Weinstein KK. (1964) The changing American grandparent. Journal of Marriage and the Family, 26, 199-204

Kennedy GE. (1992) Shared activities of grandparents and grandchildren. Psychological Reports, 70, 211-227.

Triadó C, Martínez G, Villar F. (2000). El rol y la importancia de los abuelos para sus nietos adolescentes. Anuario de Psicología, 81, 107-118..

Abellán A. (1996). Envejecer en España. Manual estadístico sobre el envejecimiento de la población. Madrid: Fundación Caja de Madrid.

Erikson, E. H. (1959). Identity and the life cycle. New York: International Universities Press.

Butler RN. (1963). The life review: An interpretation of reminiscence in the aged. Psychiatry,26,65-7

Agradecimientos

El presente trabajo se ha realizado gracias a la ayuda concedida por la DGES del Minsterio de Educación y Ciencia de España al proyecto de investigación PB98-1268.

Notas

Este texto es un resumen y adaptación de datos ya publicados con la referencia: TRIADÓ, C. y VILLAR, F (2000). El rol del abuelo: cómo perciben los abuelos las relaciones con sus nietos. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 35, 30-36.

Autores: Carme Triadó Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación Universidad de Barcelona

Feliciano Villar Departamento de Psicología Universidad Rovira i Virgili (Tarragona)

Correspondencia:

Dra. Carme Triadó Tur Dapartamento de Psicología Evolutiva y de la Educación Universidad de Barcelona Passeig de la Vall d’Hebron 171 Barcelona 08035. e-mail: mtriado@psi.ub.es

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