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Se expresan los adultos mayores

Nostalgias de mi infancia

María Pitman de Voscoboinik
batia@enguelberg.com.ar

Hoy quiero recordar a mis abuelos maternos. Ellos llegaron a la Argentina en el barco Bismark, el 22 de Junio de 1895, junto a 42 familias procedentes de Lituania, Rusia.Mis bisabuelos de 54 años y dos hijos, Blume y Jacobo de 18 años.

Se instalaron en un campito que les dio la Jewish Colonization (ICA), lleno de malezas, cardos, tunales, espinillos, que ellos mismos arrancaron para construir una precaria vivienda de adobe con techo de paja, en la cual no faltaba la huerta, el horno de barro y las aves de corral, gallinas, gansos y pavos.

Sin hablar una palabra del idioma castellano, pronto lo aprendieron bastante bien. Jacobo se casó muy joven con Rosa Rosenffer y tuvieron 9 hijos, una de ellas fue mi mamá

Muy pronto, entre varios inmigrantes construyeron el Shil y la Shule de Colonia Carmen.

Trabajaron día y noche la tierra, con la mirada al cielo y con fe en D´s, compraron más campos e hicieron fortuna, trabajando de todo un poco.

Cuando se casaba un hijo, le daban unas hectáreas de tierra, a mi mamá le dieron 50 ha en Basavilbaso (línea 24), porque mi papá era de allí, se había enamorado de mi madre que era muy bonita, y los abuelos dieron el sí muy contentos, se casaron y también tuvieron 9 hijos, 6 mujeres y 3 varones, yo la meyinque, la última chacleta, decía papá.

Después de casar a todos sus hijos, los abuelos se mudaron a Villa Domínguez, compraron allí casi una cuadra entera, que aún está habitada por inquilinos, eran considerados los más ricos de la Villa.

El abuelo se sentaba en la vereda, frente al Fondo Comunal (Cooperativa), allí venían los colonos a hacer sus compras, él con todos tenía una conversación. Cuando venía un jóven, con mucho humor le preguntaba ¿tenés novia?, si le decían que no, les preguntaba:" ¿querés casarte?, vení el sábado que se casa una nieta en el salón, yo te voy a presentar a una chica"- y así formó varias parejas, 3 de las cuales fueron mis hermanas que formaron matrimonios muy felices.

Yo iba a la escuela allí y por las tardes me sentaba con ellos en la vereda, me contaban sus cuentos, a través de historias conmovedoras algunas, distintas otras, escuchaba emocionada, sentía ternura y admiración por sus vidas, parecía que reinaba paz y armonía. Ellos decían que pese a todo, vale la pena intentar estar bien, y buscar la felicidad disfrutando de la vida, aunque tengamos cicatrices de pasado doloroso….

La bobe Rosa, cuando llegaba el viernes se levantaba muy temprano, se peinaba hacia atrás recogiendo su largo cabello en un rodete, ¡qué bien le quedaba! , en el museo de Villa Domínguez se encuentra su foto.

Tenían cocina económica y ella preparaba para Shabat las ricas tortas de ricota, leicaj, jalab, toda la casa se impregnaba de olores y sabores de esos manjares, difíciles de olvidar.

Yo me encargaba de limpiar la bandeja del horno y saborear las miguitas ¡que ricas que eran! ¡Qué contentos esperábamos el Shabat! ¡Éramos una multitud, entre hijos, nietos y nunca faltaban los invitados especiales.

Después de la cena, la bobe servía té en vasos de vidrio muy finos que parecían de cristal, a los nietos nos decía "coman bien y mucho", para engordar, era signo de salud.

Todos admiraban lo felices que eran y disfrutaban todo lo que se ganaron, eran un ejemplo por lo trabajadores, con todo lo que lograron, por eso, su porción de campo y riqueza la donaron al Estado de Israel para plantar árboles a nombre de Jacobo Ozernitzky y familia, y la sinagoga de Villa Domínguez, así como la pieza donde se realiza el ritual para las personas fallecidas fueron donadas por mis abuelos.

Yo, qué veo cuando miro hacia atrás? Regreso a mi infancia para volver a transmitir las huellas imborrables que dejaron mis abuelos, con ellos aprendí un montón de tradiciones, y cuando estaba con mis padres, mi mamá hacía lo mismo que mi bobe y hoy también lo puedo hacer yo.

Hoy que los recuerdos me acompañan, es importante poder contarlos, A todos los nietos que se acercan a sus abuelos y con su presencia les alegran y prolongan la vida, que vale la pena disfrutarlos con amor

 

 

María Pitman de Voscoboinik

GRUPO DE ADULTOS MAYORES  "SHEMESH"

DE LA RED HEMSHEJ DE CONCORDIA ENTRE RÍOS.

centrojnbialik@yahoo.com.ar

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