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Se expresan los adultos mayores

Carta de Carmen

Enviado por El portal de la tercera edad y recogido a traves de la Lista de Adultos Mayores, difundimos esta Carta de Carmen.

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Carta de Carmen

Me llamo Carmen. Me dicen "la vieja". Tengo ochenta y dos años. Cuando estoy sola me parecen verdaderamente demasiados, pero todavía tengo muchas ganas de vivir. No sé escribir bien, me avergüenzo. Quizás todo esto sea inútil.

¿Quién puede tener ganas de escuchar a una como yo? Sin embargo frente a lo que está sucediendo no puedo hacer otra cosa. A mí me quedan pocos años.

Siento que debo hacerlo por todos los que tienen todavía mucha vida por delante. Lo hago por mi país. Mi familia era numerosa. La mayor parte de mi vida ha sido sacrificada. Si miro para atrás pienso que ha sido demasiado dura. Casi tengo ganas de llorar. Tengo miedo que los jóvenes no me comprendan y les parezcan imposibles tantos sufrimientos y fatigas. Veneraba a mi madre. Ahora "la vieja" soy yo. Pero nadie me mira ni tiene tiempo para mí. Tengo miedo de ser un peso, me doy cuenta que lo soy; pero de lo que verdaderamente me avergüenzo es que no tengo más fuerzas. El dinero no alcanza. ¿Qué hago? Tengo que hacer malabares para llegar a fin de mes. Algunos piensan que El dinero a quien es como yo no le sirve para nada. A mí en cambio me sirve para no perder la dignidad. ¡Ayúdenme a hacerlo!

Era una de las hermanas mayores. Quería estudiar y así poder ayudar a Los otros. Pero en casa éramos muchos y papá, en cambio, me mandó a trabajar Muy joven. Era empleada en una fábrica de dulces. ¡Cuántos Kilos de azúcar Han pasado por mis manos! Cuando veía un niño comerlos, pensaba que podía ser mi hijo. Cuántos recuerdos de aquella época: mis compañeros de trabajo, el barrio, los aromas, el mate con los vecinos en el umbral de casa.

¡Cuántos sueños! ¡Todo parecía posible! Hoy ya no se sueña más. Se vive con miedo por la inseguridad, pero la solución no está ni en aislarse ni en defenderse con las armas! Muchos piensan que es mejor hacer las valijas e irse lejos.

¡Pero yo vengo de lejos! Y el futuro puede estar aquí. La muerte comienza cuando no se sueña más. En cambio yo quiero seguir soñando. También los viejos soñamos. Es el mismo sueño que tenía de joven: un "crisol de razas", sin prejuicios por la raza, la religión, la lengua. ¡Hay tanta necesidad de un lugar como este en el mundo!

Tenía una esperanza, la mía y la de muchos como yo: Argentina, puerto para todos. Aquí podíamos hacer fortuna, pero la fortuna se construye y cuesta mucho. Hoy no puedo aceptar que sea vendida, a nadie y por ningún precio: vender la Argentina quiere decir tirar por la borda mi vida y la de muchos. En fin. No sé qué sucederá mañana, quién ganará... Quisiera que todos Los políticos se pusieran de acuerdo pronto para buscar el bien de todos.

También entre nosotros, "los viejos", nos podemos dar una mano para colaborar, para hacer bien a los otros, , para hacer que otros sigan soñando.... Yo creo que es posible. El futuro de todos comienza en la ayuda a muchos como yo.

Carmen.

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