Walt
Whitman
y nuestro "Canto a mí mismo"
Carlos H. Delgado
Si como afirma Jorge Luis Borges1 hay dos Whitman -"el amistoso y elocuente salvaje de Hojas de Hierba y el pobre literato que lo inventó- cedo a la seducción del primero y a su leyenda de héroe andariego, con la mochila repleta del seminal de sus versos poblando aquel libro de gran formato y cubiertas verdes, hornadas por el dibujo vegetal, que dio a luz el 4 de julio de 1855, coincidiendo con el aniversario de la independencia de los Estados Unidos. Efusivo y orgiástico, erigiendo en la portada sin nombre de autor, su imagen, mezcla de obrero y vagabundo, holgazán, libertino e indiferente.
Las 95 páginas de su libro tenían sobrada amplitud como para permitir la lectura de un caudaloso fluir de versos evitando al máximo la interrupción para pasar a la siguiente. En el prefacio, que abarcaba diez páginas sobre dos columnas, podía leerse frases como éstas: " América aguarda la aparición de un poeta que exprese a América la democracia, un poeta más amplio y más profundo " "El gran poeta es el sacerdote del futuro el hombre en el cual los otros hombres encontrarán y reconocerán su propio corazón"
Entre los doce poemas, uno, el más extenso, de 52 estrofas, constituía la parte esencial. No había recibido todavía título, su verso era libre, sin rima métrica y recordaba la estructura primigenia de los textos bíblicos.
Parece ser que sólo se vendió un ejemplar. Fue duramente criticado por aquéllos que recibieron su obra, rescatado por el infinito consuelo de una carta del famoso ensayista y filósofo Ralph Waldo Emerson, donde opinaba que "Hojas de hierba", así se llamaba el libro, era la más extraordinaria obra de intuición y de sabiduría que América había producido hasta el presente.
Conocí realmente a Whitman en 1975, en la versión de León Felipe. Uno puede pasar al lado de un gigante, sin verlo. Fue un matrimonio amigo quienes me instaron a su relectura, facilitándome el libro. Lo habían conservado con veneración, amarillenta sus páginas, marcadas en los márgenes y con anotaciones vinculadas a sus vidas, aprisionando recortes de periódicos más amarillentos todavía. La emoción por la confianza de su intimidad, el prólogo de León Felipe transbordado en las consignas poéticas de Walt, los temas que trataba -totalidad, unidad, persona, representación, naturaleza, democracia- sus versos omnívoros, su lenguaje fresco, centelleante, inevitable; hicieron de esta experiencia mi primera vez.
Transito a continuación su texto:
I celebrate myself, and sing my self
And what I assume you shall assume 2
El poeta ha tomado conciencia de que todos los hombres somos suficiente motivo de celebración y exaltación. "Celebrar" quiere decir alabar, aplaudir, venerar, con culto público, fundamentalmente con emoción religiosa. Es como si el yo se hubiera despertado y animado en la fiesta del mundo y alcanzado el significado espiritual y divino de estar allí, el sentido de estar vivo, encarnado, ver y oír, de saborear y sentir, de dejar afluir toda la energía originaria. Nos invita a vagar, liberarnos espiritual y físicamente, tendernos sobre la tierra y descubrir en la simple hierba el milagro de la vida. Allí, al alcance de nuestra mano, en lo común y familiar, está la hierba del estío que crece renovadamente y se extiende por todo el globo, testimoniando vida, mostrándonos en la singularidad de cada hojita el fenómeno de la individualidad y, en un manojo, la unidad y la totalidad.
Una brizna de hierba es también como su lengua, nacida de la tierra y el viento como su voz y como su canto. Hijo de una genealogía adámica, que se pierde en los elementos de la creación y deviene encarnando el espíritu del universo, patentizándose de pronto en el poeta o héroe el poema, un hombre de 37 años, sano, puro, abriendo su corazón y su canto para que fluyan sus versos indómitos, sin restricción alguna, al libre encauzamiento de su energía.
Desde esta fusión original, inodora, esencial con la naturaleza, asciende progresivamente el espíritu no a través de la mortificación de la carne sino de su glorificación. Proceso de ascenso a través sensaciones cada vez más intensas. hasta alcanzar el sorpresivo y rotundo contraste de la voz. De allí en más, besar, abrazar, amar a todos los hombres
Luego el poeta, instalado en la tierra, nos invita a repetir con él su experiencia descubrimiento:
Stop this day and night with me and you shall possess the origin of all poems
You shall possess the good of the earth and sun (there are millions of suns left,)
You shall no longer take thing at second or third hand, nor look through the eyes of the dead, nor feed on the specters in books
You shall not look through my eyes either, nor take thing from me
You shall listen to all side and filter them from your self 3
Al lector le corresponde una participación activa en la experiencia poética. Introducido en la atmósfera del poema debe ser algo eminentemente vivo y levantar su propio vuelo. Hoy diríamos que el que lee ha de tener criterio, que leer es sentir y pensar. El libro es sólo el registro de un acto de creación que en nuestras manos debe transformarse en un segundo acto de creación por la fuerza de nuestro propio espíritu.
Emerson, autor ligado a Whitman, advierte contra la tendencia perezosa y pervertida de hacer del libro un pedestal: "Así, en vez del hombre pensante, tenemos la rata de biblioteca" "por mi parte hubiera preferido no ver jamás un solo libro que ser arrastrado por su atracción fuera de mi propia órbita, convirtiéndome en un satélite en vez de un sistema" "La única cosa de valor en el mundo es el alma activa".
Si bien Whitman tenía una confianza casi ilimitada en la literatura en cuanto su capacidad para producir cambios, crecimientos y supresiones; pensaba que la realización del gran poeta no resulta de una formulación directa. El poeta no dice al lector, sino que lo mueve a un mutuo descubrimiento de verdades sumergidas desde largo tiempo, a una mutua creación de la verdadera experiencia poética. Su lección se enseña y se aprende casi inconscientemente. El efecto de la poesía no es un fin sino un principio:
"Un volumen de poemas no llega a ninguna conclusión y no satisface al lector. Deja a éste, ciertamente, lo que la serpiente dejó a la mujer y al hombre, el sabor del árbol paradisíaco del conocimiento del bien y del mal y que nunca más se borrará"
También escribió:
"Los maestros y los críticos comunes están preguntando siempre ¿qué quiere decir esto? La sinfonía de un buen músico, el ocaso y las olas del mar rodando por la playa ¿qué quieren decir? Indudablemente en el sentido más sutil y elusivo quieren decir algo... como algo quiere decir el amor, la religión o el mejor poema, pero ¿quién sondeará y definirá estos significados?"
Deslizo una estrofa de equívocas interpretaciones, que bajo esta perspectiva asume su sentido.
As the hugging and living bed-fellow sleeps at my side trough the night, and withdraws at the peep of the day with stealthy tread.
Leaving me baskets cover´d with white towels swelling the house with their plenty,
Shall I postpone my acceptation and realization and scream at my eyes,
That they turn from gazing after and down the road
And forthwith cipher and show me to a cent,
Exactly the value of one and exactly the value of two, and which is ahead? 4
¡Cuántas noches nos hemos dormido con un libro en las manos despertando por la mañana, enriquecidos y agradecidos! El alma ha intimado con el poeta, lo ha transfigurado, infundiéndole espiritualidad, dotándolo de una más alta percepción a partir de la cual puede ver que la paz y la sabiduría están en la creación del amor y de la fraternidad del amor.
El éxtasis místico, profundo encuentro de alma y cuerpo, ambos de valor similar, son conjugados por el poeta en una alegoría amorosa.
I believe in you my soul, the other I am must not abase itself to you,
And you must my not be abased to the other 5
De la potencia del instinto surge la creación humana, la malla de las identidades y las diferencias. Del valor similar del cuerpo y del alma, la correspondencia exacta y la ecuanimidad de las cosas contra prejuicios de lo que es bueno y de lo que es malo.
El yo se lanza a andar, navegar, cazar, pescar, nos dice de la presión cotidiana de las cosas, del espectáculo multiforme de la vida y el trabajo, todo lo observa sin enajenarse. De sus andanzas nos trae el relato de espectáculos del camino: la boda de un armador de trampas, el contraste de su libre andar con el andar fugitivo de un esclavo al que le responde fraternalmente; las ansias de amor que también pueden permanecer enclaustradas a pesar del deseo intenso de liberación:
Twenty-eight young men bathe by the shore,
Twenty-eight young men and all so friendly;
Twenty-eight years of womanly life and all do lonesome.
She owns the fine house by the rise of the bank,
She hides handsome and richly drest aft the blinds of the window.
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Sigue el poeta su camino, es el gran catador de la vida, la gusta y caricia incansable donde quiera que se mueva. Esta identificación amorosa con toda las cosas, animales, hombres, labores, va dando por resultado innumerable acopio de imágenes, concretas y fugaces, que con una mínima fracción dan la escena precisa para inmediatamente dejar lugar a otra, limitándose frecuentemente a la sola mención de la cosa. Surgen entonces largas enumeraciones y catálogos que sorprenden y fatigan al lector, a través de las cuales se despliega la gran sinfonía de la existencia, donde no falta ningún instrumento, ninguna voz, ningún paisaje. "Todos quieren venir hacia mí y yo quiero ir hacia ellos ".
Todo es absorbido para su sangre y su canción, pasa de la vasta extensión de su identidad a la penetrante igualdad de todos.
Escribe el poeta: "Conozco perfectamente bien ni egotismo, conozco mis versos omnívoros y no por eso debo escribir menos". Omnívoros, la palabra con la cual califica sus versos, significa: que todo lo devora. Es una expresión que connota apremio, lucha por su inclusión total, el escribir impulsado por una obsesión que une a la maravilla de la sobreabundancia una sensación de terror, ya que estos versos devoran su energía, su carne, su misma alma; así su obra se convierte en la bestia a la que se entrega en sacrificio, a la que somete su personalidad, su propia identidad.
This is the meal equally set, this the meat for natural hunger
Éste es el alimento equitativamente distribuido, ésta es la carne para el apetito natural. Que se sienten todos. La mesa está puesta para el hombre, sin distinción. No habrá diferencias ni privilegios para nadie.
El poema va derivando a una suerte de identificaciones más lúgubres ya que lo va haciendo, masivamente, con los enfermos, los heridos, los desposeídos, los rechazados, los odiados y los despreciados. Y cuando está así encarnado y escarnecido prorrumpe con un ¡basta ya! que lo representa como un Cristo milagrosamente resucitado que vuelve a destacar la fuerza infinita del amor y de la fe.
Se recarga entonces de energía y certeza absoluta y vuelve a recorrer el mundo resplandeciente de gloria.
A punto de considerarlo un exaltado omnipotente es bueno rescatar su acción como voluntario durante la guerra civil norteamericana. Su gran espíritu dio sobradas muestras de energía constituyéndose él solamente en una verdadera Cruz Roja, logrando milagros en el cuidado de los enfermos. En la versión de León Felipe:
Cojo entre mis manos al moribundo
y lo levanto con mi voluntad irresistible.
Aquí está mi cuello, no desesperes.
Por Dios te juro que no morirás;
cuélgate de mí.
Yo te infundo mi aliento terrible,
yo te sostengo
y te saco a flote como a un náufrago,
no te ahogarás.
Toda esta habitación la lleno yo de una fuerza poderosa,
de un ejército invencible,
de elementos que me aman,
de genios destructores de sepulcros
¡Duerme!
Ellos y yo
te velaremos hasta el alba.
La enfermedad y el miedo no osarán poner un dedo sobre ti.
Te he abrazado y hecho mío
Cuando mañana despiertes, verás que todo cuanto te he dicho es verdad,
Al aproximarnos al final del poema su energía se transforma en una penetración profunda de las cuestiones fundamentales de la existencia: Tiempo, Espacio, Dios, Muerte. De todo sabe el poeta y va cantando su saber con vívidas frases rapsódicas en lugar de ofrecer una visión intelectual o una revelación concreta.
El más grande poeta, dirá Whitman, no moraliza ni aplica la moral; conoce el alma. Y el alma tiene de inconmensurables aquello que consiste en no reconocer nunca otras lecciones que las propias. Por eso se llama a sí mismo, "el maestro de los gimnastas" y no de las masas.
"El ejercicio de la lectura es, en el más alto sentido de la palabra, un ejercicio, una gimnasia del espíritu, una lucha; siempre y cuando el lector quiera sacar provecho de lo que lee deberá estar alerta para crear por sus propios medios el poema, el argumento, trátese de un ensayo metafísico o histórico, debiendo el texto servirle únicamente de guía, de insinuación, de base para todo el armazón. No es el libro que precisa ser un todo completo, sino el lector. Ello nos daría una Nación de ágiles y robustas inteligencias, diestras, intuitivas, acostumbradas a adaptarse a sí mismas y no unas cuantas camarillas de escritores."
Sobre el fin del poema se produce la salida del estado místico. Agotado física y espiritualmente por su experiencia, primero cae en un profundo sueño y luego busca a tientas el camino de regreso a la conciencia del mundo ordinario, incapaz de incorporar al lenguaje, el sentido total de lo que ha aprendido.
There is that in me I do not know what it is but I know it in me
Something it swings on more than the earth. Y swing on,
To it the creation is the friend whose embracing awakes me-
Perhaps I might tell more. Outlines! I plead for my brothers and sisters.
Do you see? O my brothers and sisters?
It is not chaos or death-it is form, union, plan it is eternal life .It is Hapinness.7
Las dos últimas estrofas contienen el adiós y el test amento del poeta. Dice que se da al barro para crecer en la hierba que ama y que si lo necesitamos aún, lo busquemos bajo la suela de nuestros zapatos:
Quizás no sepamos quien es ni lo que significa. Pero, de todas maneras, será saludable para nosotros y fortalecerá nuestra sangre.
Si no lo encontráramos en seguida, no desanimarnos, si no está en aquel sitio, lo buscaremos en otro. Ha hecho alto en alguna parte para esperarnos.