Volver a la página principal
Número 26 - Agosto 2010

Editorial

Virginia Viguera
virginiaviguera@gmail.com - tiempo@psicomundo.com

Debo comenzar este Editorial pidiendo disculpas a los lectores y a los colaboradores porque este Nº 26 sale con un poco de atraso, debió estar on-line en los primeros días de Julio. Razones personales pero especialmente tecnológicas son causa de dicho atraso.

Varios trabajos no pudieron ser receptados, y el armado y preparación sufrieron demoras.

Pasando al Nº 26 que estamos entregando, lo estamos haciendo en un contexto sociocultural difícil, a nivel mundial. Saliendo (saliendo?) de una crisis que nos afectó a todos, en distinta manera pero sobre todo nos llenó de temor y de incertidumbre. El fantasma de la crisis del año 30 sobrevoló permanentemente y la demostración de cómo se manejan las finanzas a nivel internacional se puso en evidencia con mayor oscura claridad. Parece una contradicción pero los entretelones de la economía que siempre estaban ajenos a la vista de la mayor parte de la gente, esta vez se abrieron y nos sumieron más en cierto grado de impotencia. Ver claro lo oscuro de eso se trata.

Nadie se salvó ni se salva de esta crisis mundial y que por supuesto deja a la sociedad con un estado de mayor desesperanza, escepticismo, desaliento, contra la que hay que luchar. Est oy convencida que la esperanza, y la utopía deben estar siempre en la mira y tender a ellas para poder seguir viviendo.

Los Adultos Mayores como parte cada vez más importante, no solo por número sino también por su participación, no son ajenos a esto que pasa y en ellos también se refleja el desencanto. Acostumbrados y educados con otros valores y otros proyectos, la realidad los obliga a adaptarse a cambios de todo tipo para poder mantener su integración en una sociedad que siempre se mostró reacia a tenerlos en cuenta.

La realidad marca sin embargo que la longevidad se ha extendido, las sociedades envejecen (también a costa de una menor natalidad y aumento de la morbi.mortalidad infantil) los Adultos Mayores son cada vez mas y exigen ser reconocidos e integrados.

La Educación de Adultos Mayores muestra que es una herramienta muy válida para constituirse en motor saludable para un buen envejecer.

Los Mayores logran a través de ella no solo información, importantísima sin duda, sino también una actividad, un objetivo, un grupo de nuevos pares, un espacio donde escuchar y ser escuchado, nuevos vínculos para un momento de sus vidas en el que las pérdidas los sacuden y mucho.

Y hablando de pérdidas no puedo sino recordar en este Editorial a un Adulto Mayor que acaba de morir. Me refiero a José Saramago, escritor Portugués de nacimiento, pero ciudadano del mundo por su interpretación y compromiso con la realidad.

Tomo las palabras de la Academia Sueca, cuando lo distinguió con el Premio Nóbel de Literatura en 1998: " Con sus parábolas sustentadas por la imaginación, la compasión y la ironía [Saramago] nos permite aprehender nuevamente una realidad ilusoria", lo reproduce el escritor Santiago Kovadlof, columnista del Diario La Nación.

Tenía 87 años al momento de su muerte, muy lúcido este "ejemplo de viejo" que el año pasado no más, nos deleitó con su Caín.

Con un cordial saludo para todos los lectores y agradecimiento a los colaboradores, hago nuevamente presente la invitación a que envíen sus trabajos, sus experiencias con Adultos Mayores, y también sus expresiones como Adultos Mayores para el próximo Nº 27 de Revista Tiempo.

No me olvido de agradecer a Psicomundo, a su director y colaboradores por la puesta on-line de Tiempo, siempre impecable.

Gracias!!

Virginia

Volver al Indice del número 26 de Tiempo

PsicoMundo - La red psi en Internet