Retraso Mental. El sujeto y el cuerpoh
Juan Carlos Matías
Este libro presenta las condiciones que lo generaron, como fue el desarrollo de la tesis doctoral: El estatuto del sujeto en el retraso mental,
-instancia final correspondiente al Doctorado en Psicología de la Facultad de Psicología, Universidad de Rosario, año 2013.
El autor sitúa al retraso mental como eje en la discusión; explicándolo a través de conceptos teóricos, su propia experiencia clínica y una permanente articulación al campo de la cultura (la historia, el arte, la literatura).
En el libro se aborda el tema confrontando categorías psiquiátricas y todas las vertientes ideológicas y epistemológicas; hasta abordarlo desde otra óptica diferente. Esta perspectiva aporta al campo clínico, ya no una mirada asistencialista con base diagnóstica, sino un desafío conceptual. El mayor desafío es su perspectiva, ya que lo acerca al campo del psicoanálisis y, desde allí, trata con efectividad de establecer una lectura teórica.
¿Esto qué implica? Primeramente, empezar a situar al retraso mental más allá del síntoma (psiquiátrico), más allá de la organicidad, alejándolo de la visión médica y de la intervención pedagógica.
En algunos pasajes del libro, destaca la deficiencia intelectual siguiendo el pensamiento freudiano, relacionándola con la historia familiar e individual. El recorrido del autor por la literatura psicoanalítica permite un camino con coincidencias y diferencias respecto de su propia postura.
Juan Carlos Matías se asemeja (Y sólo por eso!!!!) a Jean Itard (iniciador de la pedagogía diferencial) cuando plantea que se puede “aprender con el método apropiado (ob.cit., pag. 19).
Pero se diferencia porque sabe escuchar y puede incluir, situar al malestar (subjetivo) en el lenguaje del psicoanálisis. Es decir, puede considerar al sujeto que padece un retraso mental como hablante; ubicando el cuerpo pulsional. Lo sitúa en relación a la situación con la madre sin mediación de la imagen paterna, el rechazo a la castración simbólica, el marco fantasmático.
Una cuestión inquietante que se observa en este libro es su tapa. El Dr Juan Carlos Matías se vale para confeccionarla, de algunos actores destacados de la obra Las Meninas o también llamada en un tiempo: La familia de Felipe IV, de Diego Velázquez (1656).
Este cuadro eclipsó tanto a Picasso cuando era director honorífico del Museo de Prado (1957), que produjo 14 obras de la serie, dejando como personaje central a la Infanta Margarita.
Las Meninas son dos damitas que acompañan a la Infanta Niña.
La cuestión es: ¿por qué elegir esta obra para coronar la obra del autor?
Seguramente no por el realismo de Velázquez, porque esta pintura realmente parece una fotografía. Creo que Matías la utilizó, más bien por su iconografía y su significación en relación a su propia obra.
La pintura de Velázquez cobró su fama porque por primera vez en la historia del arte se la denominó: “una máquina para mirar”. Muestra una realidad virtual y una escena en lo real. La genialidad de Velázquez es que pinta el cuadro visto desde “dentro” de la cabeza de Felipe IV, a través de sus ojos.
En la tapa del libro Retraso Mental…, aparecen dos personajes: La Infanta Margarita de Austria, como figura central, quien padecía de pubertad precoz y síndrome de Mc Cune Allbright, también conocida como displasia fibrosa poliostótica (fallo de glándulas endócrinas con hipertiroidismo). En el cuadro estaba rodeada por María Bárbara Asquín o también conocida como Mari Bárbola, que padecía enanismo con acondroplastia e hidrocefália. Ambas tenían una enfermedad genética autosomática dominante, pero no eran retrasadas metales.
Matías rescata de la obra de Velázquez a la Infanta y a Mari Bárbola para colocarlas dentro de un esquema de espejos. ¿Por qué? En primera instancia, porque hay un juego de miradas entre ambas.
El Dr Matías utiliza categorías lacanianas para sostener su idea y hace un recorrido por algunas de ellas cuando sustenta que “el sujeto recibe su propio mensaje en forma invertida”.
En el recorrido por la obra encontramos un intento por situar al retardo mental. Arriesga afirmando que este sujeto se escribe en el fracaso de la escritura psíquica, en la repetición. Va definiéndola como una cuestión de escrituras y marcas. Y aclara, su intervención clínica no siempre permite una interpretación que articule el Significante a lo Simbólico.
En el libro el autor deja de lado el concepto de déficit o carencia simbólica para poder dar cuenta de su hipótesis. Establece claramente una diferencia con respecto a la psicosis y plantea la importancia de cómo alguien ha sido hablado y esperado desde lo simbólico (pag. 41).
Menciona un: Holofraseo de los que se apasionan por no saber, los retrasados. Allí no hay interrogación al Otro para que no surja una verdad singular. Pero, no habría forclusión del Nombre del Padre.
Matías plantea que existe una falla en la trama que acoge al infans antes de nacer y que éste queda atrapado en los bordes de las marcas de una historia. El apasionado por no saber vive inmerso en un lenguaje chato, con una ausencia de movilidad significante que produce un discurso compacto. Presenta inhibición en el hacer, copia a otro. Queda reducido a la superficie plana de un cuerpo especular (Relacionado con la tapa del libro y con algunos personajes de Las Meninas).
Define: “La debilidad mental del ser hablante cobra una magnitud de estructura. Debilidad de lo mental como efecto de cierta invasión de lo Imaginario en el registro Simbólico, que produce una existencia chata, aplanada a ciertos moldes culturales y sociales (pag. 41).
Ser hablante que puede ubicarse en la debilidad mental por no tener más que un cuerpo como punto de partida, quedando atrapado en la dimensión Imaginaria.
La hipótesis que da origen a la tesis de Juan Carlos Matías es que en el retrasado quedaría anulado el Sujeto de la enunciación, sin forclusión del Significante del Nombre del Padre.
Es interesante este planteo porque entonces, el saber del Otro no puede ser interrogado, apareciendo como un discurso sin sujeto en el que el inocente al saber no está sólidamente instalado.
Por eso en algún momento los llama: “Niños inhibidos de saber”. El retrasado no puede leer entrelíneas ni invocar al Otro. “¡Se invoca la presencia de una ausencia!”, dice.
Aprovecha este recorrido para destacar la función del Nombre del Padre y la importancia de sus marcas (pag.60). Señala las vicisitudes del comienzo narcisístico de un niño y los posibles fallos en las funciones de la parentalidad. El devenir del cuerpo en el registro imaginario.
Interesa averiguar desde dónde fue mirado un bebé desde los orígenes, para poder comprender la magnitud de ciertos fallos tempranos en las funciones yoicas. Éste puede ser el germen de algunos retrasos y de serias inhibiciones en el yo como función imaginaria. Los retrasados intelectuales suelen presentar severos compromisos en el armado del cuerpo imaginario y pulsional temprano.
Por lo tanto, se ubica el padecimiento fundamentalmente en la constitución del narcisismo primario. Un objeto a que se hace presente en vez de ausentarse.
Juan Carlos Matías afirma que cuando se nace con alguna enfermedad, el cuerpo imaginario no restaura una fragmentación autoerótica, sino que se debe transitar por un proceso de duelo por el niño soñado. Este recién nacido ocupa un lugar excluido de la cadena filiatoria, es decir, no tiene allí un lugar o cobra la magnitud de una existencia vacía de sentido.Como para ir cerrado. El porqué de la tapa se halla en el capítulo IV del texto: Maternidad y retraso. Amamantar a un niño sin erotizarlo, la caída de la teoría del niño-falo. Allí están las vicisitudes de la constitución del infans y su imagen, el Otro primordial y la de su propio cuerpo.
El autor recoge el guante que planteó Maud Mannoni, cuando afirma que la intervención es inventar recursos para estos sujetos considerados por algunos como “in-analizables”. Por eso da un paso más y presenta sus propios casos (Sofía, Mateo), utilizando artificios que le dieron resultados. Y esto es un aporte que se agrega como valor a este libro
Dra Cecilia Satriano
ceciliasatriano@hotmail.comEl Dr. Juan Carlos Matías es psicoanalista, Ha ejercido su práctica clínica y de investigación en el ámbito de la Salud y la Educación Especial Pública. En la actualidad colabora en la organización de una Escuela Laboral para adolescentes con discapacidad intelectual de la ciudad de Rosario, Santa Fe. Profesor Jefe de Trabajos Prácticos en la cátedra EPIS I, Facultad de Psicología, UNR. Doctor en Psicología UNR; tesis doctoral: "El estatuto del sujeto en el retraso mental". Autor de artículos revistas, trabajos presentados en coloquios y encuentros científicos, participante en Congresos y Seminarios.
Ver artículo "Consideraciones sobre el retrado mental", publicado en el número 9 de la revista Fort-Da
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