Norma Manavella
De niños y no tan niños es un libro sobre la transmisión. Es un libro de “pasaje”: pasaje de una experiencia, la de su autora. Soñado “al modo de una conversación”, según su propio decir, en sus páginas se hace presente el diálogo que le propone al lector. Norma Manavella no se sustrae de su escritura: en el recorrido de sus capítulos quedamos interpelados por sus reflexiones, sus preguntas y los avatares de su clínica, una práctica frondosa y cotidiana.
El libro transmite que quien lo escribió es una lectora curiosa, apasionada, rigurosa. ¿Qué lecturas resuenan en su escritura? Textos de pacientes, y con ello lo específico que hace a la clínica con niños: sus juegos, argumentos de películas, letras de canciones, obras literarias, filosóficas. Textos que la “tomaron” personalmente, que hicieron marca en ella y donde, a la vez, ella deja su marca. De esta manera, el texto inscribe su filiación. “El cuerpo de este libro es la clínica. El cuerpo de este libro es freudiano”.
La “textura oral” es constitutiva de este libro. No sólo porque muchos de sus capítulos fueron presentados en forma coloquial (charlas, mesas redondas), sino porque esa textura se muestra en relación con ese “algo” al que alude Manavella cuando nombra a quien reconoce como uno de sus “maestros”, Carlos Gianantonio: “La solvencia científica me sorprendió gratamente, pero había ‘algo’ más… No sé cómo nombrar ese ‘algo’, esa artesanía, que me instó a volver a escucharlo”.
Por ello, este es un libro donde el saber referencial no es protagonista. Es una de sus virtudes: está más cerca de la escritura poética, sin dejar de presentar una rigurosidad teórica que en el ida y vuelta con la práctica permite lo contundente de la transmisión.
Hay ideas claras y precisas sobre los riesgos en los que podemos incurrir en nuestra práctica si queda mecanizada. Dice la autora: “Hay un saber referencial… pero me interroga ese otro saber que habita al analista… ¿saber en/de la transferencia? Saber otro, saber no de antemano […] No hay recetas, es el paciente y sus padres quienes guían el trabajo a seguir”. Nos advierte entonces que el “diagnóstico” no haga destino.
Fragmentos del Prólogo de Raquel Gerber
Presentación del Libro:
“De niños y no tan niños” Trazos de la clínica psicoanalítica. De Norma Manavella.(Texto leído en ocasión de la presentación de su publicación en Buenos Aires el día 31/5/13. – Ariel Pernicone)
Si algún sentido tiene que yo esté aquí, presentando este libro que ha legado Norma Manavella, es en mi calidad de amigo, discípulo y testigo de la gestación de este valioso recorrido escrito que constituye “De niños y no tan niños”.
Además, en calidad de lector privilegiado, porque muchos de los capítulos que en este libro se publican los vi nacer de la pluma de Norma a lo largo de los años, los escuché de su propia boca cuando los ha presentado y también la vi emocionarse con cada hallazgo clínico o en intervenciones lúdicas creativas, ya que muchos de los niños de los que aquí nos habla en su escritura fueron pacientes del hospital Evita de Lanús ( Bs. As. Argentina) donde tuve la suerte de compartir 14 años de trabajo intenso con ella desde el año 1985 hasta 1999.Yo soy de la idea que para hacer un buen trabajo de lectura, siempre es valioso conocer el contexto del cual ha surgido el escrito que nos es dado a leer y quizás, por todos esos motivos que antes mencioné, pueda decir algo al respecto, a los posibles lectores de este prolífico libro que ha sido es dado a luz en el año 2013.
Como Norma me transmitió en muchos de nuestros diálogos el valor de jugar con las palabras y la ficción, debo decirles con cierto humor, que “este niño/libro” que acaba de nacer ha llevado al menos “20 años de embarazo”. Lo que ustedes van a leer es el enorme esfuerzo de interrogación gestado a lo largo de los años por su autora, una de las analistas más apasionadas por la clínica con niños que he conocido y a quien considero una de mis maestras en esta difícil y tan controvertida práctica que es el abordaje de la clínica con niños.
El telón de fondo que sostienen las letras y las ideas que ustedes van a encontrar, hilvanadas en estas páginas, la constituyen mas de veinte de años de transitar los pasillos del Htal. Lanús, cerca de 20 años de conducir el seminario Trazo, Espacio de transmisión del psicoanálisis con niños y adolescentes, y una importante experiencia previa como pediatra. Enorme bagaje que derivó luego en todos estos años , en una analista, que con audacia y espontaneidad se atrever a escribir sus preguntas y dar un testimonio franco de su práctica.
En su estilo poético Norma Manavella nos dice: “ El cuerpo de este libro es la clínica….y lo soñé al modo de una conversación de ida y vuelta con el lector”.
Yo les puedo asegurar que esto que está allí enunciado por la autora, ha sido su política y su modo de enseñanza durante todos estos años. Yo recuerdo haberme incorporado al equipo de niños del “Lanús” allá por los inicios del año 85 y ya Norma sostenía ese modo de pensar.Este libro es pues el testimonio sostenido de una forma de transmisión, fiel a un estilo que ella ha sustentado, del cual me siento beneficiado en mi formación como analista y en tal caso deudor por el recorrido compartido.
Este es un libro entonces que surge de la vocación que su autora ha tenido por la conversación con otros, por el sostenimiento del lazo social que permite interrogar la práctica entre analistas.
Por eso ustedes van a leer una escritura plagada de preguntas, formuladas en el camino de la creación escrita, dirigidas al otro que somos nosotros como lectores, pero dirigidas también al otro que es ella misma en estado de trabajo, “ tomada por el trabajo analítico” tal como Norma Manavella nos confiesa en su texto.Muchos de estos capítulos han surgido pues en charlas dirigidas al equipo de niños del Lanús, en clases del seminario Trazo, en múltiples jornadas, congresos, en hospitales a los que fue invitada a dar clases, en su seminario desarrollado durante 9 años consecutivos en el Htal Ameghino, o en su participación en Letra, institución psicoanalítica de su pertenencia. Pero también surgidos en ámbitos más íntimos, cotidianos e informales, como han sido las cálidas reuniones de equipo, las conversaciones espontáneas de hospital, acompañadas de algún café o un mate, donde se han dado los momentos más creativos que esos encuentros propician y que probablemente han antecedido la escritura más directa y espontanea o rigurosa de su trabajo.
Al leer algunos de los relatos clínicos que aquí se presentan, no puedo evitar cierta emoción, porque recuerdo la alegría y la felicidad, siempre sensible, con que Norma nos contaba en esos ámbitos más privados algún episodio producido en el curso de algún tratamiento que estaba dirigiendo.En esa misma línea, ustedes van a poder leer sus intervenciones, porque ella no nos priva de comunicarlas, no escatima compartir las intervenciones lúdicas en las que se ha embarcado en su práctica, escribiéndolas con todas las letras.
La escucharemos relatarnos así , en un caso de un niño con severos trastornos en la estructuración de la subjetividad, ofreciéndose a ser un reloj al que le dan cuerda, en otro caso, el de un niño que no podía dormir, que estaba obsesionado con las tumbas y los muertos, la encontramos subida a un colectivo imaginario y pidiéndole a ese niño que la lleve hasta el cementerio de la Chacarita y en otro, un niño totalmente trastornado, que no podía detener su movimiento enloquecido, que pedía deseperado que lo ayuden a parar, la veremos a Norma deteniéndolo con firmeza para decirle directamente, “hablemos , te escucho”, haciendo así una decidida apuesta a la palabra que todo analista que se precie de tal, ha de propiciar.
Pienso que el acontecimiento de este libro radica en que Norma Manavella, después de todos estos años ha decidido dar un paso: “Pasar algo de la experiencia”. En el decir textual que ella misma comunica, “ pasar esos trazos que me habitan”.
Como cierta sugerencia para la lectura de este libro, voy a decirles que su trabajo se asienta en varios ejes que comandan sus ideas. Me importa señalarlo porque considero, tal como Lacan lo enseña, que en el dispositivo analítico hay una lógica de la incidencia de la posición del que escucha en lo que de eso deviene en el que habla, es decir, el modo como se plasma eso que de la presencia del analista se hace escuchar.Solo algunas pinceladas:
-En la práctica con niños Norma acentúa en forma decidida el valor del juego produciendo efectos de escritura. Pero además, siguiendo la enseñanza de Jorge Fukelman, nos dirá que hay juego cuando el Otro lo sanciona como tal.
-Aquí enlazará otros ejes, operadores lógicos ligados a la transferencia y al deseo del analista – El juego del niño hace inscripción, el juego produce escritura, el analista jugando allí, es necesaria la implicación de la función del deseo del analista.
-Por otra parte desarrollará el otro eje sobre el que se asienta su práctica, con relación al trabajo con padres en el tratamiento psicoanalítico con niños, pero no quiero extenderme más aquí, y tan solo lo señalo en mi afán por invitarlos a leer.Solo me resta decir que en estas páginas ustedes encontrarán además su posición política vinculada a su pasaje por el hospital público, cuestiones vinculadas también a la cultura y su malestar, además de escritos asociados a libros maravillosos como Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, o Emily L de Marguerite Duras.
Aquí, ahora si para concluir, deseo mencionar un tema más, que hace a la cuestión de su estilo de escritura. Norma escribe bajo los efectos de su otra pasión que es la literatura. Por eso en sus páginas verán deslizarse un modo poético de transmitir, encontrarán emociones, angustias, evocaciones, metáforas y relatos que por momentos estarán impregnados de su vocación literaria. He ahí su estilo y otro sello de este libro.
Termino entonces con una de sus frases que más me gustaron en este libro, tan solo el recorte de una frase de Norma Manavella que refleja el núcleo de su espíritu como escritora: “ Si y solo si hay escrito, la transmisión de un deseo será posible”.
Este libro es el testimonio valioso de un deseo que Norma ha legado, a través de su bella escritura….una intensa, comprometida y apasionada manera de escribir, en su anhelo de hacer el pase de una experiencia como analista, y hacer de ello una enseñanza en un frontal diálogo con nosotros.
Ariel Pernicone.
Para mi gran amiga de la vida, Norma Manavella.