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Asamblea Interhospitalaria de Concurrentes y Becarios Autoconvocados

Apertura de las jornadas de concurrentes y becarios 2003

En el marco de las VI Jornadas Anuales de Concurrentes y Becarios en Psicología, el Movimiento Interhospitalario de Concurrentes y Becarios autoconvocados quiso estar presente. Los organizadores nos brindaron este espacio, el cual agradecemos.

Este movimiento nace del malestar y del compromiso. Del malestar con una situación de postergación que los psicólogos en general y los concurrentes y becarios en particular venimos sufriendo pasivamente desde hace mucho tiempo; y del compromiso tanto ético como profesional que cada uno de nosotros ha sostenido para con la tarea que ha elegido. Estos principios compartidos (¿por qué no hablar de ideales?) son los que nos motivaron dejar la simple queja para juntarnos a pensar y ponernos a trabajar en mejorar una situación que, tal como está, se ha tornado insostenible. Producto de debates y elaboraciones surgió un reclamo que fue planteado oportunamente ante distintas instancias. Este reclamo se resume en dos ejes: la necesidad de la remuneración de las concurrencias y, articulado con ello, la ampliación de la planta de los hospitales.

¿En que nos basamos para fundamentar tan descabellados reclamos?

En cuanto al primer eje, todos sabemos que los Concurrentes somos profesio nales de la Salud que hemos accedido a dichos lugares a través de un sistema de concurso público y abierto, el único con tales características existente en el sistema de salud. Esto hace a la jerarquización de la Concurrencia en tanto sistema de capacitación como así también de los concurrentes en tanto profesionales que han ocupado esa vacante dando cuenta de su competencia. Luego de aprobadas las condiciones de la Concurrencia y avalados por las necesidades del Servicio al cual pertenecen, los profesionales pueden continuar bajo la figura de Becario Adscripto Honorario. Ambas figuras, Concurrentes y Becarios, incluyen la atención de pacientes, lo que redunda en un beneficio para la población al contar para la asistencia de su demanda con recursos humanos altamente idóneos y predispuestos.

Esta modalidad de formación cuya esencia y fundamento es la asistencia es conocida como Capacitación en Servicio y es el concepto que define también a las Residencias. Siendo necesarios los mismos requisitos y habiendo rendido un mismo examen, lo que diferencia ambas modalidades de capacitación, además del indiscutible puesto en el orden de mérito, es básicamente que la Residencia es un sistema remunerado a tiempo completo y la concurrencia es un sistema honorario a tiempo parcial. Cabe destacar la omisión del concepto "Capacitación en Servicio" en la resolución que crea y regula el sistema de Concurrencias convirtiéndose en la excusa para desdibujar su carácter intrínsecamente asistencial que lo diferencia de cualquier curso académico y que obliga al Estado a responder económicamente por ello. Nos parece que debería hacerse explícito que efectivamente estamos realizando una formación de postgrado pero bajo esta particular forma de capacitación en servicio, la cual implica el entrenamiento de profesionales en la atención clínica del paciente, dado que es sobradamente demostrado que no es posible la formación en clínica sin el ejercicio de la misma. De esta manera, siendo el objetivo primario del sistema de capacitación, la formación de RRHH, el sistema de salud obtiene como beneficio secundario que los profesionales insertos en estos modelos de capacitación en el ámbito de trabajo atiendan parte de la demanda que diariamente les llega. Es desde este punto de vista y teniendo en cuenta el carácter intrínsecamente asistencial de este modelo, que sostenemos que la Concurrencia debe ser remunerada en forma proporcional al tiempo destinado, tal como sucede con las residencias, que se sustentan en el mismo principio de formación.

Las Concurrencias y Becas fueron pensadas para mantener un alto grado de competencia profesional que resulta del ejercicio de la capacitación permanente del plantel; de esta manera el Estado cuenta con profesionales formados y entrenados para la renovación de las plantas, pero este circuito se ve desvirtuado por la desfinanciación de las vacantes y su congelamiento producto de la falta de decisión política para ampliarlas acorde a las evidentes necesidades de la población. De esta forma, el camino que puede conducir a un desarrollo virtuoso del profesional de la Salud en el Sector Público, comenzando por concursar una Concurrencia, luego un cargo de planta, pudiendo o no pasar por una Beca, se ha visto trabado por décadas, cubriéndose muchas veces nuevos cargos a partir de vinculaciones políticas partidarias con jefes y directores, o con funcionarios de los distintos gobiernos de la Ciudad. Esto nos conduce al segundo eje del reclamo, según el cual exigimos, paralelamente a la remuneración de las concurrencias, el llamado a concurso para ampliar la planta de los Hospitales Públicos, de manera de responder a la creciente demanda de atención. Es bien sabido que la crisis social y económica ha llevado a la paulatina pérdida de prepagas y obras sociales que anteriormente alojaban las necesidades sanitarias de una parte de la comunidad, recayendo esta demanda progresivamente al sector público.

No está de más recalcar que, en cuanto a la ampliación de planta a la cual se hace referencia, lo que proponemos NO es que esas vacantes se ocupen con concurrentes y/o becarios, no pedimos pasar directamente a planta. Sostenemos que la planta debe ocuparse con profesionales que accedan a esos cargos por medio de un sistema de concursos (de acuerdo a los ítems de evaluación previstos en la Carrera Hospitalaria). Que en los mencionados concursos detenten prioridad los profesionales ya formados en el sector público, de manera que el Estado pueda reabsorber parte de la inversión que ya ha realizado en ellos. Y que los cupos se definan de acuerdo a un estudio racional y periódico de las necesidades y prioridades de la población y de las particularidades de cada efector.

En ese mismo sentido convendría también distinguir que lo que proponemos no sería un nombramiento para concurrentes y becarios, como ya se aclaró, sino el ingreso a la Carrera Hospitalaria en un nivel escalafonario menor, que seguramente deberá implementarse. De esta manera la puerta de entrada a la mencionada Carrera sería el concurso público y abierto constituido por el examen único de residencia/concurrencia, que, de esta manera, garantiza condiciones de equidad entre los postulantes. Y el pase a planta sería tras un segundo concurso en el que participen con prioridad los profesionales ya capacitados en los efectores de salud de forma que se reinviertan sus competencias en dicha comunidad.

Es por todo lo dicho que, para finalizar, quisiéramos repetir una vez más la consigna que nos convoca y nos representa, esperando que luego de este recorrido y enunciados sus fundamentos, haga eco en todos nosotros tomando su real alcance, profundidad y dimensión: NINGÚN PACIENTE SIN ATENCIÓN – NINGÚN PROFESIONAL SIN CONCURSO Y SIN REMUNERACIÓN.

Movimiento Interhospitalario de Concurrentes y Becarios Autoconvocados

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